Juego: Mordheim
Temática: Renacentista Fantástico
Escala: 28mm
Fecha: 03/03/2016
Jugadores:
Ejército Mercenarios A: Oriol
Ejército mercenarios B: Burt
Árbitro: Strategus
Lugar: Infernal Forge
En esta ocasión, hace unos
meses, me comentaron que iban a iniciar una campaña de Mordheim desde la nueva
asociación que en breve se iba a montar, ya que todos veníamos de algua
asociación que por motivos X todos hemos optado por marchar. Y eso que todavía
no habían llegado para mi las Strategic Land, y en la tienda donde ahora se
estaba jugando, los horarios y las normas de los propietarios no nos facilitaba
poder terminar las partidas.
Morheim es el juego de escaramuzas
por excelencia. Yo diría que el juego original, creado por Games Workshop en su
día, descatalogadísimo y desterrado. Pero que la mayoría de juegos de
escaramuzas que han surgido posteriormente, tanto de corte medieva, como
moderno, actual , o futurista, sea de la editorial o fabricante que sea, se han
basado, con ligeras variaciones (dados, armas, época,…), en este juego.
Pero yo hacía más de 10 años que
no jugaba con este reglamento, por lo que antes que nada, me he tenido que
meter en un fregado para poder recordar las reglas básicas, por lo menos.
Y así empezamos la partida. Para
ello recogí lo que tenía de fantasía aprovechable, en mi caso de GW, y montar
alguna pieza de un bastidor de mercenarios que daba vueltas por alguna caja en sala
de mi estudio de trabajo.
Y así, creando una banda sin
pensarla mucho (realmente ni recordaba la función de cada personaje) y fue
juntarlas y ponerlas en la mesa para empezar a probar cosas y recordar reglas.
Lo primero fue disponer la mesa.
Como habían dos mesas jugando partidas, empezamos a colocar de todo un poco,
para poder cubrirnos en nuestro avance. Aunque al final más parecía una mesa
para Infinity o para Necromunda, ás que Mordheim. Pero era para poder recordar
reglas, en mi caso.
Lo primero que hice en la partida, es poner a mis
tiradores en altura, que como poco alguna ventaja tienen. Y mi mando, de
momento, escondido, viéndolas venir.
El resto de héroes y secuaces, a
su objetivo, a dar amor al enemigo.
Eso si, colocando alguno de
ellos protegiendo a mis tiradores.
Mi lancero se aventuró raudo y
veloz como avanzadilla, para intentar frenar cualquier envolvente de mi
contrincante.
Pero estos se escondían entre
las sombras y era difícil poder eliminarlos a distancia.
Los turnos iniciales, aparte de
servir para recordar reglas, también sirvió para posicionar todas nuestras
minis.
Pero no hubo ninguna baja por
disparo, por lo que el combate cuerpo a cuerpo era inevitable.
Y el azar en forma de dado ya
empezó con su caprichoso baile, en pos de mi gente.
Oriol intentó aprovechar este
capricho del azar.
Pero me repuse rápidamente y los
dados acompañaron un poco más.
Rápidamente aprendí que las
armas a dos manos no están destinadas para el iniciar un combate
Y que si apoyas el combate con
otras minis, la mini caída tiene mucha posibilidad de que esta desaparezca del
juego.
También recordé tarde que las
miniaturas pueden trepar muros y sorprenderte en una posición complicada.
Y perder.
También descubrí que un arcabuz
hace el mismo daño que una ballesta, cuesta más y tardas un turno en recargar.
Por lo que los arcabuceros
quedan expuestos rápidamente.
Bueno, al final de la partida,
perdí más de la mitad de mi tropa y Oriol sólo una miniatura.
Está claro que debo leerme el reglamento,
en especial lo que hace cada personaje, y escoger una banda en condiciones.
Saludos.
Burt.
No hay comentarios:
Publicar un comentario